sábado, 31 de diciembre de 2011

La teoría de la simulación



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Por Sandra Russo

En el pasado reciente argentino sobran ejemplos burdos de simulación política, aunque nunca hayan sido categorizados así. Esa palabra fue muy pronunciada en los ’90, cuando los teóricos de la posmodernidad la usaron para conceptualizar la preeminencia de la imagen por sobre la acción en las sociedades de fin de siglo. Se hablaba así de un condimento de época, un rasgo que se incrustaba en la subjetividad y hacía difuminarse el ser bajo el parecer. Era la época de la inconsistencia, y había revistas en las que los famosos exhibían sus dormitorios y sus baños, y reality shows en los que los pobres exhibían sus miserias. La televisión fue el soporte excluyente de la era de la simulación, así como hoy es la red la que marca el compás de los tiempos.
Mientras tanto, en todo el mundo, y desde luego aquí también, hubo un crescendo de simulación política que muy pocas veces fue leído como tal. En la Argentina, uno de los ejemplos más brutales de lo que se podría llamar simulación fue Menem en la primera campaña, cuando llegó al poder prometiendo un salariazo y después destruyó el Estado, el aparato productivo y los derechos de los trabajadores. Qué otra cosa fue el menemismo sino simulación de peronismo. Y también fue un simulacro, o qué otra cosa fue, si no, la Alianza. Un simulacro de progresismo y republicanismo en el que se siguieron vendiendo leyes y comprando jueces, aunque aquél terminó siendo un gobierno, además, represor y asesino. A esa altura éramos todos parte de la simulación: los legisladores hacían como que legislaban, los jueces hacían como que investigaban, los periodistas hacían como que analizaban, De la Rúa hacía como que manejaba la situación y salía por cadena nacional a decretar el estado de sitio y ahí sí: el 19 y 20 de diciembre de 2001, un latigazo popular fue el grito contra aquel simulacro de democracia, nunca enunciado así, porque “la teoría de la simulación” debió esperar al 2003.
Esa idea, que también es un “relato”, empezó a tomar cuerpo lentamente, porque este período argentino no nació como lo que es; se fue edificando despacio, tallado en el país que había, con sus potencialidades y sus rémoras, por actos de gobierno. Lo que comenzó a hacer virar a volantazo limpio la escena política argentina no fue ningún ingrediente posmoderno, como sí lo fueron el peronismo pasteurizado de la entrega y el radicalismo corroído y ensangrentado del helicóptero. Lo que comenzó a impactar profundamente en una parte de la sociedad argentina fueron actos de gobierno. Políticas. Básicamente, políticas de ampliación de derechos. La “teoría de la simulación” que todavía hoy intenta explicar al kirchnerismo provino de la izquierda antikirchnerista, siempre obligada a justificar la irritación que le provoca un gobierno que levanta banderas muy parecidas a las propias. La solución es: esas banderas son falsas. Esa interpretación viene circulando acompasada con otra, la de la derecha, que sostiene que las que flamean son sucios trapos rojos y una voluntad estatal de doblegarlo todo, no al estilo Keynes sino más bien Stalin.
La “teoría de la simulación” señala que lo que se denomina “proyecto nacional y popular” es un “como si”, un mero “relato” –aquí usado como sinónimo de “cuento”– para crédulos que se creen que las cosas cambian, cuando en realidad todo sigue igual que antes del 2003.
La “teoría de la simulación” tiene variantes, pero ése es su principal disparador. Hay quien la desarrolla con argumentos de pretensión teórica, pero se entiende más fácilmente –y el sentido es exactamente el mismo–- cuando se leen los comentarios de los trolls en los blogs kirchneristas. “Esto es puro menemismo, idiotas”, firma uno al azar. “Dejen de repetir como loros las pavadas que dice la Kretina”, firma otro. Nombres falsos, claro.
Según esa “teoría”, hay en este país once millones de argentinos que mal entienden las cosas porque son tontos o mercenarios, y que nada importante –en términos de correlación de fuerzas, en el orden de los poderes que se enfrentan– está pasando en realidad, salvo el engaño del que sólo se dan cuenta algunos bien dotados de izquierdismo.
Los sostenedores parlamentarios de esa “teoría” anidaron en el seno del Grupo A el año pasado, y llegaron a presentar una demanda penal contra la Presidenta cuando ellos mismos –no con sus argumentos pero sí con sus votos– sostenían en el Banco Central a Martín Redrado, y el pago de deuda con reservas fue por decreto. Ahora acaban de explayarse en contra de la democratización del acceso al papel, montados sobre el fantasma del temido “control” estatal sobre el insumo básico de la prensa. Es al menos intrigante qué rol se le reserva al Estado en esos nichos de pensamiento de izquierda.
Sería deseable que la “teoría de la simulación” fuera superada por una crítica que permita algún tipo de discusión sensata. Nunca queda claro, por ejemplo, si esa “simulación” incluye a toda la región, o si se considera que los otros presidentes latinoamericanos que estratégicamente han iniciado un proceso de integración inédito en la historia también son poco avispados y no advierten que desde la Argentina sólo llegan trucos embaucadores.
Cuando uno escucha hablar, a veces, a los sostenedores de esa “teoría”, siente un poco de pena. No por ellos, sino por el desencuentro. Porque ese eje –dar por sentado que los que acuerdan con este modelo no se dan cuenta de la verdad– no tiene destino de diálogo posible, dada su horripilante subestimación de quienes podrían ser sus interlocutores. Lo peor que tiene la “teoría de la simulación” no es en realidad la categorización del Gobierno, sino la de su electorado. A la “teoría de la simulación” sólo le corresponden las “mayorías imbéciles”.

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viernes, 30 de diciembre de 2011

viernes, 23 de diciembre de 2011

Sí, por lo menos, soñar


Por Osvaldo Bayer

Desde Bonn, Alemania

Sí, aquí la nieve. Navidades blancas nos esperan. Bueno, no tan blancas, los nubarrones acechan. Pero, esperanzas, siempre. Deseos, nunca el pesimismo. Pero la realidad... Europa... la civilización europea. En medio de la interminable, infinita discusión, Europa, aquella que salió en sus mares, en carabelas, a “enseñar su cultura” y se llenó de ira, plata y esclavitud para deshacerse a sí misma en guerras, en horcas y trincheras. A pesar de los filósofos y su búsqueda de la “paz eterna” y de su religión que nos enseñaba la “bondad”. Sí, la bondad de los pobres hacia los ricos.
Recuerdo ese ’45, ahora sí, todo será democracia y llegar a la comprensión infinita entre los pueblos. Recuerdo la caída del mundo soviético, ahora sí que el capitalismo demostraría sus frutos, la generosidad rebalsaría los bolsillos, democracia para todos. La actualidad... con una nieve cada vez más chirle y los bosques cada vez más pálidos y reducidos. Pero los autos, sí, los autos. Pese a la crisis, más autos.
Gente sin trabajo. La peor de las epidemias. Pero en los barrios bien no han disminuido las compras. Los artículos de lujo siguen sonriéndonos desde las páginas de las revistas situacionistas y de la televisión privada. Y en las escuelas y las plazas, menos niños. Y los pocos que hay están ante la pantalla. La Alemania del ’45 se convirtió en un país capitalista modelo que dicta recetas. La Unión Soviética en la Rusia de Putin, un maestro en meter la mula hasta en las elecciones mientras en Asia y en Africa se destrozan a palos y con bombardeos estratégicos. Anoche la televisión alemana inundó con lágrimas patrióticas la visita de su ministro de Defensa a Afganistán, donde fue a rendir homenaje a los soldados alemanes caídos durante la ocupación de ese país asiático. Decenas de jóvenes muertos por el ansia occidental y cristiana de demostrar que la única fórmula de vida es la que trata de enseñarnos Occidente desde el tiempo de los romanos. La crueldad de enviar jóvenes uniformados a países desconocidos a hacer cumplir las reglas de Occidente que dicta Estados Unidos. Jóvenes uniformados muertos en todas las latitudes desde siempre. Para ser todos occidentales y cristianos.
La crisis económica que inunda los comentarios de todas las publicaciones. Las distintas fórmulas capitalistas para salir de la crisis que dentro de diez años nos llevarán a otra crisis. En un planeta cada vez más raquítico.
Los diarios alemanes traen en primera página un informe del gobierno: “Uno de cada siete alemanes está amenazado de caer en el nivel de pobreza”. Y es el país más seguro de Europa.
¿Seguimos esta descripción o paramos aquí y comenzamos a sembrar optimismo ya que estamos en las fiestas y a hablar de sonrisas y esperanzas? Sí, podríamos parar aquí con esta actualidad de desocupación y miedos de futuros de miserias, corridas y vidrieras rotas y visitar colegios con sus coros infantiles navideños o fiestas de ancianos que se reúnen para obtener fondos y ayudar a los niños huérfanos africanos. O felicitar a un núcleo de artistas plásticos que ofrecerán sus obras en beneficio de los vagabundos en las ferias de Navidad junto a bombones, tortas navideñas y luces de colores. Y sonreír y pensar con optimismo: el ser humano es invencible, nunca se da por derrotado. Pese a Putin, el presidente Obama, Berlusconi y Bin Laden.
Las campanas de las iglesias siguen tocando en vano. Que sigan tocando, por lo menos incitan a recordar, a levantar en vuelo a las aves, a meterse entre el ruido de los motores.
Sí, piso la nieve de esta aldea alemana con siglos de historia. Está como si nada hubiera ocurrido en el mundo. Su bosque blanco de nieve, sus techos resplandecientes de blancos puros. Y las luces de sus ventanas. Todo en orden por esas calles por las que cada veinticinco años desfilaba una generación de jóvenes uniformados a marchar “al frente”, contra el “enemigo”. Resuelvo no pensar más en la historia, sino sumergirme en la poesía y luego matizarla con música, sí, Schubert y Schumann. Luego, con un buen vino del Rin, ensayar algunas danzas con mi mujer. Todo un poco clásico. Justo me tocan el timbre, el correo: un libro sobre las villas miseria argentinas de un escritor amigo. Y ahora me golpean la puerta: dos damas bien vestidas que hacen una colecta para agrandar el hogar de vagabundos de la zona cuyo número ha aumentado con la crisis. “Vamos a tener un invierno muy crudo”, me dice una de las damas con acento maternal y mirada severa, “esa gente ya no puede dormir en la calle”. Las invito a pasar porque entra mucho frío por la puerta abierta, pero no aceptan porque me dicen que les queda mucha tarea todavía. La única respuesta sólo puede ser la mano que va al bolsillo. Anotación y firma. Todo correcto.
Me siento. No me queda otra cosa que cavilar. Empleo esa palabra porque me parece sabia. Cavilar, pensar, meditar, soñar... pienso, pero casi grito: ¡actuar! Y me asomo por la ventana para seguir la marcha de esas dos mujeres que pese al frío salen a la calle a pedir por vagabundos de los cuales no conocen ni el nombre.
El cartero, junto al libro, me ha entregado una revista argentina que recuerda el 2001 aquel. No puedo dejar de recordar las asambleas barriales. ¡Qué momento inolvidable! Los soñadores vinos todo un futuro: esas viejitas hablando por primera vez en esa masa que se juntaba por necesidad de soluciones. Esos jubilados que ya no hablaban de sus jubilaciones sino de chicos con hambre y que no había que conformarse solamente con hablar, esos jóvenes que pensaban armar colectivos para construir casas... qué imágenes. La repentización de las masas. Sonrío. Sí, hay algo también en el ser humano, hay algo que nos puede llevar a lo racional, lo moral, el hallazgo definitivo de la no violencia en la sociedad. A la ética de la mano abierta y no la de los “countries”.
Me miro con mi mujer, nos hacemos un guiño, ella vuelve a poner música de Schubert y yo levanto las manos para iniciar una danza de esas clásicas, con reverencias, pero también ensayando abrazos.

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El Pacto - Capítulo 8

viernes, 16 de diciembre de 2011

jueves, 15 de diciembre de 2011

La causa de su fusilamiento

A 183 años del asesinato de Manuel Dorrego

Los unitarios no podían dejar con vida a Dorrego sin correr grave peligro de que este los pusiera al desnudo ante la opinión pública de la época y ante la Historia. Necesitaban acallarlo para siempre.
  En estos días, se han publicado varios artículos referidos al fusilamiento de Dorrego. En general, se ofrecen algunas explicaciones, en este momento tan importante en que estamos revisando nuestra historia: que Lavalle y otros militares lo consideraban traidor por haber pactado con el Brasil el reconocimiento de la Banda Oriental como país independiente (no tuvo otra solución pues el Banco Nacional, con mayoría de accionistas ingleses, cumplió con el mandato del cónsul inglés, Lord Ponsomby, de negarle fondos para proseguir la guerra), o que sostenía una concepción latinoamericana y de ahí su entrevista con Bolívar, o que se apoyaba en el suburbio de Buenos Aires (siendo, en esto, antecesor de otros caudillos populares como Alsina, Yrigoyen y Perón), o sus tratativas con Bustos para sancionar una constitución federal con el apoyo del resto de los caudillos. Hay verdad en estas aseveraciones, pero no en todas, y creo que se omite la más importante.
Creo que la causa fundamental obedece a otra razón: los unitarios no podían dejar con vida a Dorrego sin correr grave peligro de que este los pusiera al desnudo ante la opinión pública de la época y ante la Historia. Aquí reside el motivo principal de que Salvador María del Carril y Juan Cruz Varela presionaran a Lavalle para el asesinato: ellos no podían permitir que Dorrego hablase. No podían ponerlo preso y hacerle luego un juicio, ni siquiera solamente desterrarlo como ya lo había hecho Pueyrredón en 1819. Necesitaban acallarlo para siempre.
Veamos la sucesión de aconteceres. En diciembre de 1824 se constituye la Minning Association en Londres para explotar minas en la Argentina, según autorización otorgada por el gobernador Martín Rodríguez y su ministro Rivadavia. En esa sociedad, su principal accionista es la banca inglesa Hullet y el presidente del directorio es Don Bernardino. En 1825, la empresa envía al capitán Head al Río de la Plata con un equipo de técnicos para iniciar la explotación, pero este se encuentra con que en las provincias -salvo San Juan- le aducen que la riqueza minera es propiedad provincial ya que no existe, desde 1820 –al caer el directorio– un gobierno nacional. La banca Hullet le protesta a Rivadavia y este contesta: “El negocio que más me ha ocupado, que me ha afectado y sobre el cual la prudencia no ha permitido llegar a una solución es el de la sociedad de minas. Con respecto a las de La Rioja (el Famatina), cuya importancia es superior a las de las otras provincias, en el corto plazo, con el establecimiento de un gobierno nacional, todo cuanto debe desearse se obtendrá... Me veo obligado a emplear la mayor circunspección para no comprometer inútilmente mi influencia y no debo decir más por el momento (enero 1826)”. Curiosamente, un mes después, Rivadavia es elegido presidente de las Provincias Unidas del Río de la Plata. El 15 de febrero sanciona la ley que declara propiedades nacionales a las minas de todas las provincias. El 14 de marzo, Rivadavia le escribe a Hullet: “Las minas son ya por ley de propiedad nacional y están exclusivamente bajo la administración del presidente de la República”. Sin embargo, en La Rioja, Facundo Quiroga se niega a que la Minning explote el Famatina. La compañía quiebra. Entonces, Head publica en Londres un folleto donde incorpora las cartas transcriptas, titulado: “Informe sobre la quiebra de la Río de la Plata Association constituida bajo la autorización otorgada por su excelencia don Bernardino Rivadavia”. Y aquí entra a jugar Dorrego. Porque desde su periódico El Tribuno, Dorrego publica ese informe, con las comprometedoras cartas de Rivadavia a la Banca Hullet y le agrega estos versos definitorios: “Dicen que el móvil más grande / de establecer la Unidad/ es que repare su quiebra / de Minas, la Sociedad” (23/6/1827, El Tribuno). Tres días después, Rivadavia renuncia a su cargo de presidente. Se quiebra nuevamente la unidad nacional y pocos meses después, asume Dorrego como gobernador de la Provincia de Buenos Aires.
El 14 de septiembre de 1827, Dorrego envía a la legislatura la demanda de la Minning por 52.520 libras por los gastos ocasionados, con este comentario: “El gobierno se encuentra con un recurso de la expresada compañía (Minning), donde se reclama a la provincia los gastos de aquella empresa. El engaño de aquellos extranjeros y la conducta escandalosa de un hombre público del país (Rivadavia) que prepara la especulación, se enrola en ella y es tildado de dividir su precio, nos causa un amargo pesar, más pérdidas que reparar nuestro crédito.”
Los unitarios intentan justificar a don Bernardino sosteniendo que si bien actuaba al mismo tiempo como presidente de las Provincias Unidas y como presidente del directorio de la Minning Association que negociaba con ese gobierno, y que aunque figura con un sueldo de 1200 libras como presidente de la empresa inglesa, “nunca tuvo intenciones de cobrarlo”. Manuel Moreno y Manuel Dorrego contestan con “Impugnación a la respuesta” donde afirman que no sólo quedan en pie las acusaciones (preparar la especulación, dividir el precio) sino que nada se contesta acerca de “30 mil libras, precio de esa especulación”, “por los buenos oficios a favor de la especulación que según afirmaba el señor Rivadavia en su autorización, estaba fundada en una concesión especial”.
De aquí resulta que aprovechando el regreso de las tropas de la Banda Oriental, se produce el golpe del 1ro de diciembre de 1828, por el cual Dorrego es desplazado del gobierno. El general San Martín lo caracteriza así, en carta a O’Higgins: “...Los autores del movimiento del día primero son Rivadavia y sus satélites y a usted le consta los inmensos males que estos hombres han hecho, no sólo a este país, sino al resto de América con su infernal conducta; si mi alma fuera tan despreciable como las suyas, yo aprovecharía esta ocasión para vengarme de las persecuciones que mi honor ha sufrido de estos hombres, pero es necesario enseñarles la diferencia que hay de un hombre de bien a un malvado” (carta del 13/4/1829).
Derrotado y detenido Dorrego, los unitarios cavilan: ¿qué hacer entonces con ese hombre que ha revelado el escandaloso negociado? Imposible llevarlo a juicio, pues volverá sobre el tema manchando la honra de quien luego sería denominado “el más grande hombre civil de los argentinos.” ¿Dejarlo preso, para que algún día vuelva al escenario político con esa documentación infamante? ¿Desterrarlo acaso para que tiempo después regrese a la patria y ponga esos documentos sobre la mesa? Probablemente, Lavalle no conoce estos entretelones de la negociación pues es solamente “una espada sin cabeza”, pero los rivadavianos se encargan de persuadirlo. Dorrego debe ser acallado lo más rápido que se pueda y con su fusilamiento quedarían silenciadas las denuncias y salvada la honra unitaria.
Y así se hace el 13 de diciembre de 1828.
Años después, el historiador Ricardo Piccirilli, un admirador de Rivadavia pero honesto investigador, admite que de la testamentaría de don Bernardino surge que “Rivadavia giró en noviembre de 1825 una letra contra Hullet por 3000 libras solicitando se imputara a la cuenta de las 1200 libras por gastos de mi singular comisión... y el remanente lo agregarán ustedes a mi cuenta corriente.”
Resumiendo: para acallar la verdad, en relación a un negociado de un “prócer” del liberalismo conservador con sus amigos los ingleses, se procede a fusilar a un caudillo popular y se inicia un período de tremenda violencia en nuestro país.
 La tradición popular recoge ese hecho terrible de este modo: “Cielito y cielo nublado / por la muerte de Dorrego / Enlútense las provincias / Lloren cantando este cielo”. En cambio, entre la burguesía comercial del puerto circularán estos versos: “La gente baja / ya no domina / y a la cocina / se volverá.”

TIEMPO ARGENTINO

lunes, 12 de diciembre de 2011

“Esa estrella representa a los 30 mil, que nos miran desde allá”


La historia de la estudiante de Astronomía desaparecida en 1976 y en cuyo homenaje fue bautizado un asteroide


 
Zaida Franz, la mamá de Ana Teresa Diego, cuenta cuánto se sorprendió al escuchar que la presidenta hablaba de su hija en el discurso de reasunción. “No tengo su cuerpo ni su tumba, pero ya sé en qué lugar del cielo está”, dice.
  Desde que me enteré que en un lugar del cielo hay un cuerpo celeste que lleva el nombre de mi hija, pienso en escribirle una carta con las siguientes coordenadas: Ana Teresa Diego. Asteroide 11.441 (entre Marte y Júpiter). Remitente: tu mamá. Y que empiece con algo así como: ‘Por fin, querida hija, me puedo conectar con vos en algún lugar. Un sitio adonde pueda mirar y pensar que estas allí’. A 35 años de su desaparición, no tengo su cuerpo, no tengo su tumba. Es una de las cosas más dolorosas y difíciles de sobrellevar”, dice Zaida Franz.
Es domingo y descansa en su casa de Villa Ventana, lugar al que llegó hace 21 años “buscando un poco de paz”. Venía de Bahía Blanca, ciudad adonde había llegado a fines de los años ’50 junto a su marido Antonio, y los dos hijos que había tenido en Buenos Aires: Ana y Daniel. El hombre, sanjuanino, profesor de matemática, arribó con un trabajo muy bien remunerado como profesor de la Universidad Nacional del Sur, que recién se estaba armando. Y allí donde el futuro era una puerta que se abría al progreso y la estabilidad, se radicaron y agrandaron la familia: nació Alejandra, la menor de los tres. Así transcurrió la vida, con Zaida a cargo de la casa y de los hijos: “Ana era muy buena en matemática, tal vez motivada por el papá, pero no quiso dedicarse a eso y se decidió por la astronomía. Yo cuidaba a mis hijos, pero también tengo mis estudios hechos: soy técnica química. Estudié en San Juan, en la Universidad Nacional de Cuyo, ahí conocí a mi marido. Luego nos fuimos a Buenos Aires, nos casamos, y en 1956 nació Ana. Una criatura muy agradable y tranquila. Cariñosita. Mi querida hija.”
En Bahía Blanca vivieron los Diego hasta que en 1975 el corazón de Antonio falló. Tenía apenas 47 años. Ana ya se había ido a La Plata, a estudiar Astronomía. Y un día de septiembre de 1976, saliendo de la Facultad, desapareció. Después, su hermano, de 18 años, se exilió en España. En el lapso de los dos años más negros de su vida, Zaida se había quedado sola con la menor de sus hijas y en medio de una búsqueda desesperada que la llevó a golpear todas las puertas y a ser de las primeras participantes de marchas y reuniones de organismos de Derechos Humanos que empezaban a movilizarse. Hoy es una de las querellantes en el juicio a los 26 imputados por el Circuito Camps, que se realiza en La Plata, y el sábado, mientras miraba en la tevé, sin prestar mayor atención, los actos de asunción del nuevo mandato presidencial, desde la cocina escuchó a la presidenta Cristina Fernández nombrar a su hija (ver aparte).
Su tono en el teléfono es el de una persona vital, activa, optimista. Tanto que a sus 84 años sigue trabajando en un colegio rural donde unos 100 chicos de la zona viven de lunes a viernes. “Ayudando a solucionar los problemas y a que puedan educarse y progresar”, explica. Tan optimista que se autodefine “una enamorada de la juventud”. Con memoria y lucidez, recuerda los años dolorosos sin sobrecargarlos de dramatismo y explica que el 5 de diciembre pasado se enteró por una amiga de la Universidad de La Plata que la Unión Astronómica Internacional había bautizado un asteroide descubierto por un argentino con el nombre “Anadiego”, en homenaje a su hija.
“Nosotros no militábamos en un partido, pero criamos a nuestros hijos para que fueran personas respetuosas con el prójimo y para que lucharan por un mundo equitativo, donde todos tengamos los mismos derechos. Y eso se mama. Su papá ya estaba enfermo cuando Ana un día me dijo: ‘Mirá, mamá, me afilié a la Juventud Comunista.’ Yo le dije: ‘Bueno, hija, es tu decisión’, porque ya estaban los militares dando vueltas. Ella era muy correcta, estudiosa, trabajaba para el comedor de estudiantes. Yo me moví desde el primer momento que supe que se la habían llevado. Nadie te recibía, ni los políticos ni los militares ni los curas”, explica.
“Siempre hice trabajos para servir a la comunidad. En Villa Ventana trabajo con chicos que necesitan una atención personalizada: acá comen y tienen talleres donde aprenden oficios. Por conocer mi historia, les surgió hacer el documental sobre mi hija que está en Internet”, cuenta, en referencia a Polvo de Estrellas. “Llegué acá buscando las sierras, un lugar tan bonito, y también buscando un poco de paz”.  <
“Me hizo caer de la silla”
“Estaba en la cocina haciendo cosas. La tele prendida. Empiezo a escuchar y de repente oigo que nombra a mi hija. ¡Ay! Decí que tengo un corazón fuerte. ¡Esta Cristina me hizo caer de la silla!”, cuenta Zaida Franz cómo fue que el sábado al mediodía escuchó que la presidenta Cristina Fernández, al iniciar su discurso de asunción, había elegido la historia de su hija para hablarle a los 40 millones de argentinos.
Zaida recuerda que Ana “era muy buena en matemática y antes de terminar el secundario postuló para una beca para irse a Europa. Mientras tanto hizo los trámites y se anotó para estudiar en La Plata. Pasó el tiempo y, faltando tres días, le llega la beca. Pero ella quiso quedarse en el país. “Me voy a La Plata, mamá’, me dijo, cosa que a mí me llenó de felicidad, sin sospechar lo que luego pasaría.”
Respecto del significado de que un asteroide se llame como su hija, dice: “Cuando se le hace un homenaje a un desaparecido, se le hace a todos. De esa manera no hay olvido. Esa estrella ‘Anadiego’ representa a los 30 mil desaparecidos, que nos están mirando desde allá”.

TIEMPO ARGENTINO

sábado, 10 de diciembre de 2011

RECOMENDADOS POR LA PRESIDENTA (en su discurso)



“Tres distribuciones estructurales”






El primer gobierno de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner consolidó por un lado los ejes políticos, económicos y sociales del gobierno de Néstor Kirchner y por él avanzó en temas sustanciales. En el primer aspecto, basta recordar la continuidad de las altísimas tasas de crecimiento de la economía, de los superávit fiscales y externos, de la inclusión social y de la afirmación de la soberanía nacional. En el período presidencial que comenzó en 2007 se sumaron actos trascendentales, con el sistema de jubilaciones de reparto (con sus implicaciones sociales, económicas y financieras), la Ley de Medios de Comunicación Audiovisual, la Asignación Universal por Hijo, el plan de obras públicas y el impulso a la ciencia y la técnica, para citar algunos ejemplos.
Desde 2003 también cambió la función del Estado. Antes, ese Estado diseñado durante el gobierno militar y perfeccionado en los ’90, tenía como tarea primordial la privatización de las ganancias y la socialización de las pérdidas, en un marco de sojuzgamiento político y de exclusión social. Ahora, la acción del gobierno es el principal instrumento de la inclusión social. Es una reasignación de poder y recursos, sin la cual continuaría la política de exclusión. Se configura así una nueva Argentina. Estos cambios son a la vez consecuencias y causas de una distribución más justa del ingreso, de la palabra y del conocimiento. Veamos:

DISTRIBUCIÓN DEL INGRESO. Una distribución más justa del ingreso es un objetivo del modelo de desarrollo con inclusión social. Los progresos logrados son impresionantes. Estamos muy cerca del pleno empleo, con un desempleo del 7,3%; el sistema de previsión social protege al 94% de la población, la Asignación Universal por Hijo cubre a 3,6 millones de niños y jóvenes; aumentaron los salarios reales.

DISTRIBUCIÓN DE LA PALABRA. La distribución de la palabra es indispensable para viabilizar la distribución del ingreso. Para hacerla posible, se sancionó la Ley de Regulación de los Medios de Comunicación Audiovisual que pluraliza las emisiones de radio y televisión. Hoy casi la totalidad de la información proviene de los medios cuyos símbolos y ficciones están guiados por el márketing, el rating y los intereses económicos y políticos de sus dueños. En cambio, la nueva ley reconoce a lo público, integra a lo social y regula el mercado. La distribución de la palabra posibilita que cada uno argumente en libertad su verdad relativa, que de eso se trata la política.

DISTRIBUCIÓN DEL CONOCIMIENTO. La difusión del conocimiento como política permanente marcará el grado de justicia, democracia y productividad que tendrán las sociedades. Dentro del período 2010-2012 se entregarán netbooks a cada uno de los 3 millones de alumnos de la educación secundaria pública. En la educación superior, en los últimos años se crearon cinco universidades en el Conurbano Bonaerense, que se sumaron a las siete ya existentes.

LA PROFUNDIZACIÓN DEL MODELO. Los logros en materia de redistribución pueden ser simbolizados por tres resultados: primero, los asalariados llegaron al 48% del ingreso total; segundo, se rompió el monopolio de la comunicación de televisión y radio; y tercero, la distribución de netbooks a todos los alumnos secundarios de las escuelas públicas y la creación de universidades en el Conurbano Bonaerense contribuirán al surgimiento de dirigentes provenientes de otras clases sociales, gracias a la educación. Los tres aspectos de la redistribución referidos están articulados y se realimentan; por ejemplo, la redistribución del ingreso permite mayor acceso al conocimiento; y el mayor conocimiento repercute en mejores salarios; a su vez, la redistribución de la palabra mejora el conocimiento y crea opinión a favor de las redistribuciones. Estos son aspectos de la distribución del ingreso, de la palabra y del conocimiento, que significan en los hechos un empoderamiento de la sociedad argentina, de sus ciudadanos y ciudadanas, en su unidad y diversidad, en todas sus potencialidades.

TIEMPO ARGENTINO





















Un asteroide llevará el nombre de una estudiante desaparecida

Se llamará Anadiego, en honor a Ana Teresa Diego, secuestrada en 1976. La organización que decide la nomenclatura de los cuerpos celestes accedió al pedido que hizo la UNLP, donde estudiaba la joven de 22 años.
  La Unión Astronómica Internacional acaba de bautizar un asteroide descubierto por un argentino con el nombre de Anadiego, en memoria de Ana Teresa Diego, estudiante de la Facultad de Ciencias Astronómicas y Geofísicas de la Universidad de La Plata desaparecida en septiembre de 1976.
El 25 de septiembre último, fecha en que se conmemoraron los 35 años de su desaparición, el decano de esa facultad, Adrián Brunini, inició la gestión ante la organización internacional, encargada de la elaboración de las reglas de nomenclatura de los diferentes cuerpos celestes.
Ana Teresa Diego era militante de la Federación Juvenil Comunista y fue secuestrada en las inmediaciones de su facultad, en la zona de La Plata conocida como El Bosque, por cuatro hombres de civil que le taparon la cabeza y ya no volvió a salir nunca más del encierro. Según cuentan sus compañeras de detención, estuvo siempre en la órbita de los campos de detención de la Policía de la Provincia de Buenos Aires, cuyo responsable máximo era el coronel Ramón Camps y su segundo el comisario Miguel Etchecolatz.
Parte de su historia fue recopilada en el documental Polvo de estrellas, que se puede ver en YouTube. Sus familiares y amigos la recuerdan como una chica sumamente inteligente y simpática que desarrollaba tareas sociales en los barrios. “Lo más tremendo que pudo haber hecho fue pintar paredes de la facultad con aerosol”, dice su madre, Zaida Franz en el film. Nora Ungaro (hermana de Horacio, uno de los adolescentes secuestrados en La Noche de los Lápices) fue directora de Derechos Humanos de la Municipalidad de La Plata entre 2003 y 2007 y ahora es querellante y testigo en el megajuicio a los represores que actuaron en el llamado Circuito Camps. Nora fue, además, compañera de detención de Ana.
“Era solidaria hasta en los momentos más difíciles –recuerda–. Ella estaba compartiendo habitación con una chica chilena y cuando le preguntaron donde vivía, mintió la dirección para que no delatar a esa otra chica. Eso le valió una paliza, otra paliza más”, recuerda.
En el juicio a los 26 imputados por el Circuito Camps que se sustancia en el ex teatro de la AMIA, en 4 entre 51 y 53, el ex detenido Walter Docters también recordó que fue trasladado al tristemente célebre destacamento de Arana. Docters fue secuestrado junto con un grupo de policías sospechados de integrar una “célula terrorista infiltrada” en la Bonaerense y, en su testimonio, recordó la presencia de Ana en ese centro de detención. “También estaba una chica, Ana Teresa Diego, una militante comunista”, dijo.

PRIMERA VEZ. La idea de ponerle el nombre de Ana a un asteroide tuvo una interesante repercusión en el ámbito científico, donde constantemente se descubren cuerpos menores en el universo. El proceso habitual para su identificación es la asignación de números y letras. Los nombres quedan reservados para instancias particulares.
Es un trámite usual que las comunidades astronómicas soliciten bautizarlos con nombres de investigadores, pero no hay registros de que se le haya puesto el nombre de alguien vinculado a la lucha por los derechos humanos”, dijo a Tiempo Argentino el decano Brunini.
De hecho, en una comunicación emitida el 5 de diciembre, el profesor uruguayo Julio Ángel Fernández, miembro del Comité de Denominación de Astros Menores de la UAI, confirmó la noticia y agregó: “Es la primera vez que el nombre de un desaparecido por una de las dictaduras del Cono Sur se asigna a un cuerpo del sistema solar”. Y más adelante agrega: “Hoy, de las entrañas de la tierra, Ana Teresa renace para ocupar para siempre un lugar en el cielo, como símbolo y recuerdo de la barbarie de ayer y advertencia de que no se vuelva a repetir en el mañana.”
Por su parte, Brunini también considera que el recuerdo de la militante desaparecida en el cielo inmortaliza no sólo su presencia, sino su lucha y sus ideales.
“Uno de los astros que ella soñó algún día comprender llevará de ahora y para siempre el nombre Anadiego para que quien mire el cielo nocturno encuentre el recuerdo de su amor y de su  lucha –dijo Brunini a este diario–. El oprobioso genocidio cometido por las bestias infames sólo recibirá de la historia la más absoluta oscuridad.” 

TIEMPO ARGENTINO

viernes, 9 de diciembre de 2011

jueves, 8 de diciembre de 2011

Los que cortan la pizza


Por Juan Gelman
 
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Bloomberg News, la multimillonaria agencia global de información financiera, ha revelado cuál es la entidad que gobierna realmente en EE.UU.: una suerte de administración secreta con sede en Washington/Wall Street que toma decisiones a espaldas de la opinión pública y de los legisladores estadounidenses y vuela muy por encimita de lo que se considera un sistema democrático. Tras largo insistir, la empresa consiguió la desclasificación de miles de documentos que la Junta de Gobernadores del Sistema Federal de Reserva (FED, por sus siglas en inglés) guardaba celosamente en sus archivos (www.bloomberg.com, 28-11-11). Tenía sus buenas razones para hacerlo.
“La FED y los grandes bancos lucharon más de dos años para mantener en secreto los detalles de la operación de rescate financiero más vasta de la historia de EE.UU.”, se precisa en la investigación de Bloomberg. “Una nueva visión de la crisis financiera de 2007-2009 –agrega– surge de las 29.000 páginas de documentos de la FED y de más de 21.000 transacciones bancarias, obtenidas en virtud de la ley de libertad de información.”
Un ejemplo: el programa de rescate bancario TARP, que el Congreso aprobara en el 2008, fijó en 700.000 millones de dólares la suma destinada a ese fin. La documentación desclasificada muestra que, en realidad, el monto fue diez veces superior: 7,77 billones de dólares. Ni un solo parlamentario conoció la información y menos el ciudadano de a pie. Esta financiación secreta, a tasas de interés inferiores a las que regían en el mercado, permitió que los bancos más poderosos obtuvieran beneficios adicionales por valor de 13.000 millones de dólares, cantidad suficiente para dar empleo a un par de centenares de miles de desocupados. Y aun más. “Cuando se conoce la cantidad de dólares que recibieron los bancos, es difícil afirmar que eran instituciones exitosas”, manifestó Sherrod Brown, senador demócrata por Ohio que en el 2010 presentó –en vano– un proyecto de ley para limitar su dimensión. En efecto: pese a las declaraciones tranquilizadoras de sus ejecutivos, los documentos conseguidos por Bloomberg dan cuenta del estado tambaleante del sistema bancario estadounidense.
El Departamento del Tesoro se basó en las recomendaciones de la FED para decidir qué bancos recibirían fondos en el marco del programa TARP y eligió seis: JP Morgan, Bank of America, Citigroup Inc., Wells Fargo & Co., Morgan Stanley y Goldman Sachs. La investigación determinó que recibieron 160.000 millones de dólares vía TARP y préstamos de la FED por 460.000 millones. El rescate se prolongó desde agosto del 2007, bajo W. Bush, hasta abril del 2010, bajo Obama. El ex y el actual ocupante de la Casa Blanca tampoco en esta esfera difieren.
Al mismo tiempo que se debatía en el Congreso la reinstauración de la Ley Glass-Steagall con el objeto de combatir la especulación, separando la banca de depósito y la banca de inversión o Bolsa de Valores, la verdadera administración de EE.UU. utilizaba fondos públicos para acelerar las fusiones bancarias en favor de los más grandes. Según los datos de la misma FED, el activo de los seis bancos más importantes del país pasó de 6,8 billones de dólares en el 2006 a 9,5 billones en el 2011, un incremento del 40 por ciento que años de crisis ni rozaron. Al revés.
No falta la parte que las mantas del encubrimiento no lograron cubrir. Los seis grandes cabildearon mucho más para garantizar su aprovechamiento de la crisis: invirtieron en conjunto 22,1 millones de dólares en la tarea en el 2006, en el 2010, 29,4 millones, un tercio con creces más (www.opensecrets.org, 31-10-11). Poca sorpresa causa que el intento del senador Brown haya fallecido sin estrépito.
La crisis de la Eurozona acrece el apetito de los seis grandes, en particular de Goldman Sachs. Mario Monti, uno de sus hombres, hoy primer ministro de Italia, es miembro del consejo asesor internacional de Coca-Cola y consultor de Goldman Sachs. Este gigante financiero envió en agosto un informe sobre la crisis europea a sus clientes más importantes del mundo entero. El Wall Street Journal informó sin mucho detalle acerca del contenido de sus 54 páginas, en las que G-S aconseja “a los inversores en productos financieros sacar provecho de la crisis” y explica mecanismos conducentes (//online.wsj.com, 1-9-11). No cabe duda de que tales indicaciones servirán para hacer varios agostos.
Hoy se inició en Bruselas la reunión cumbre para “salvar al euro”, a la que el dúo Merkel-Sarkozy lleva una propuesta de austeridad durísima y el proyecto de que los jefes de Estado de la zona se conviertan directamente en sus propios ministros de Economía en el seno de un consejo ad hoc. En vez de dirigir políticamente la economía se propone que la economía dirija la política. Como ocurre desde hace largo tiempo, sólo que en adelante sin disfraz.

Página12

miércoles, 7 de diciembre de 2011

Cobos y l@s defensor@s


Por Horacio Verbitsky
 
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El lunes y el martes, de la mañana a la noche, más de ochenta invitados de catorce países latinoamericanos debatieron en la Facultad de Derecho de la UBA acerca de la situación de las defensoras y los defensores de los Derechos Humanos en Latinoamérica. Organizadas por el CELS, con el apoyo de la Facultad y del gobierno federal de Alemania, estas jornadas de reflexión pasaron revista a los problemas que enfrentan en las nuevas democracias de la región quienes se ocupan del acceso a la tierra, de los derechos de las mujeres, de las comunidades originarias o aborígenes, de los núcleos urbanos más vulnerables, de la seguridad ciudadana y la violencia institucional, de la criminalización de la protesta social, de las desapariciones que siguen ocurriendo en varios países y la tortura, que no ha sido desarraigada en muchos, de quienes resisten el avance sobre su hábitat y su modo de vida de grandes emprendimientos productivos que los arrinconan en los márgenes de la sociedad. Esto se complementará hoy en el hotel NH Crillón con una jornada de discusión y trabajo sobre las perspectivas de fortalecimiento del Sistema Interamericano de Defensa de los Derechos Humanos, de la que participarán Fabio Balestro Floriano, director del Departamento de Cooperación Internacional de la Secretaría de Derechos Humanos de Brasil; el secretario ejecutivo del Instituto de Políticas Públicas del Mercosur, Víctor Abramovich; el ex canciller argentino Jorge Taiana, el miembro mexicano de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, José de Jesús Orozco Henríquez, y su actual secretario, Santiago Cantón.
Al salir de uno de los paneles el lunes, contesté las preguntas de varios periodistas sobre la significación del encuentro, que procura completar un diagnóstico regional y formular propuestas. Una cronista cambió de tema y me preguntó qué opinaba sobre la presencia del vicepresidente Julio Cobos en la Asamblea Legislativa del próximo sábado. Como no hay asunto que me produzca mayor indiferencia, rehusé el diálogo con un chiste, repitiendo los cánticos que se escuchan en las calles y, ante la insistencia de la colega, me negué a cualquier análisis político sobre la intrascendente cuestión. Fueron unos pocos segundos. Pero ayer el diario La Nación lo ubicó como el ¡tema político más visto del día! y entrevistó a los restos del Grupo Ahhh... para que hicieran gala de cuán civiles, educados, cultos y respetuosos son. La diputada por el arco iris Patricia Bullrich opinó que mi humorada era violenta y buscaba generar un enfrentamiento social. Su compañera de bancada Graciela Camaño dijo que era una inmoralidad y una grosería. También se sumaron sus compañeros de bloque Ernesto Sanz (debería respetarse de una vez por todas “la situación de Cobos y su rol institucional”) y Ricardo Gil Lavedra (mis dichos “revelan un deterioro de la cultura cívica”). Para su compañero de bancada Federico Pinedo, reverdece en mí una vieja intolerancia.
Bueno, muchach@s, ya se descargaron. Como queda en claro que desde octubre han perdido el sentido del humor, si lo prefieren hablemos en serio. Comenzando por el aséptico, neutral y profesional diario La Nación, que hace ocho años intimó a Néstor Kirchner a adoptar su pliego de condiciones políticas, económicas, internacionales, judiciales y de seguridad, y como no lo consiguió anunció en primera plana antes de que asumiera que su gobierno no duraría más de un año. Ahora no se molestó en cubrir el más importante encuentro regional de defensoras y defensores de los Derechos Humanos convocado en muchos años, en el que también se analizaron los cambios políticos en la región y en los sistemas de protección de esos derechos, pero armó una tormenta en un vaso de agua sobre una nimiedad. Sigamos por la diputada Bullrich, quien como ministra de Trabajo en el gabinete Banelco firmó la rebaja del 13 por ciento de las jubilaciones y sueldos estatales y hoy se alarma por los conflictos que podría provocar en la sociedad mi cándida puteada a Cobos. Y por la diputada Camaño, quien convive con el nuevo rico que con mayor desenfado justificó la corrupción. Creo que no hace falta recordar que es la misma que sorprendió a un colega por la espalda mientras hablaba en la sesión y lo trompeó en el rostro porque no le gustó que le recordara el apellido de su cómplice. La tolerancia de su compañero de bloque Pinedo quedó a la vista cuando su jefe político, Maurizio Macri, dijo que para subir al tren del poder iban a “tirar por la ventana a Néstor Kirchner porque no lo aguantamos más”. ¿Y qué decir de los radicales, siempre tan serios y correctos en el vestir y en el hablar, cuya último mandato cumplido ocurrió en 1928? Recién repuestos de la Convención Nacional se limpian la ricota de la solapa y reclaman respeto por la investidura que Cobos deshonró. No pierden el tono engolado con que el mendocino Sanz opinó que la Asignación Universal por Hijo se iba “por la canaleta del juego y la droga”. Lástima que mi querido amigo Gil Lavedra, que tiene su Ravignani bien leído y que fue coautor de la reforma de 1994, no se haya acordado de la cultura cívica cuando el vicepresidente tergiversó el privilegio de desempatar a favor del Poder Ejecutivo que integra y en una situación crucial votó en contra, sin animarse siquiera a decirlo con claridad. Me hubiera gustado escucharle alguna opinión sobre la constitucionalidad de ese voto, no emitido por un legislador que responde a sus convicciones, sino por el representante del Ejecutivo en el Congreso. Y terminemos con el propio maratonista, que se enorgullece de cruzar la meta final, sin mirar cómo llegó a ella. En la larga lista de indignidades republicanas, este tránsfuga serial no tiene competidores serios. Luego de vaciar al cargo del principal sentido que le atribuyó la Constitución, sólo se preocupa por las formas de la ceremonia del adiós y pide la madurez y el respeto que no tuvo cuando debía defender a las instituciones del atropello de los poderes fácticos que desabastecieron a las ciudades, rodearon el Congreso y amenazaron a los representantes del pueblo. La Sociedad Rural debería autocriticarse junto con Cobos por haber impedido que se aprobara un impuesto razonable, con el que hoy las exportaciones de cereales pagarían una alícuota menor. Se comprende que sus correligionarios festejen que deje el cargo a la hora señalada, sin hiperinflación ni sangre joven en las calles. Pero todos tenemos cosas más importantes que ocuparnos de este triste personaje, de regreso a la insignificancia que le corresponde.

Página12

viernes, 2 de diciembre de 2011

jueves, 1 de diciembre de 2011

RODRI SE RECIBIO

El humor  de DANIEL PAZ nos acompaña en el festejo para compartir la alegría.
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viernes, 25 de noviembre de 2011

martes, 22 de noviembre de 2011

Después de indignarse, mejor explicar


Por Martín Granovsky
 
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Un sabor amargo invadió en 2002 y 2003 a muchos de quienes habían formado parte de las asambleas populares argentinas en medio de la crisis. Sintieron que el país no había cambiado como esperaban. Que el rechazo a buena parte de los dirigentes políticos no había fructificado en un sistema político distinto. Que no todos se habían ido. Algunos inclusive se asombraron de otra cosa: si la salida de Fernando de la Rúa había sido parte de una situación prerrevolucionaria, no fue la revolución lo que vino después.
El mismo sabor amargo podrían sentir hoy los indignados españoles. Es verdad que Izquierda Unida quintuplicó su representación parlamentaria y que la izquierda nacionalista vasca consiguió nada menos que siete representantes nacionales. Es verdad que el Partido Socialista Obrero Español recibió un castigo histórico el domingo último. Pero el día en que se cumplían 36 años de la muerte de Francisco Franco, el conservadurismo con toques de catolicismo papal del Partido Popular fue la herramienta del castigo. Y una herramienta nítida en los números: tendrá 186 bancas de las Cortes contra 110 del PSOE.
El PP de Mariano Rajoy, previsiblemente, hará aún con mayor convicción, si fuera posible, la política de sujeción al gobierno alemán que comenzó el presidente socialista del gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero al impulsar y conseguir que el déficit cero de las cuentas fiscales quedara como principio constitucional. No sólo la ley, como en los últimos tiempos del tándem De la Rúa-Domingo Cavallo en 2001. También la Constitución. Un texto que, en España, está cargado de simbolismo. Fue una reforma constitucional la que consagró la nueva democracia tras la muerte de Franco. A más de 30 años, acaba de ser otra reforma constitucional la que sacralizó el derecho de los bancos alemanes de cobrarse su deuda, aun cuando la desocupación haya superado una media nacional del 20 por ciento y supere el 40 por ciento para los jóvenes.
Si el movimiento de Indignados españoles era, en rigor, una forma disimulada de que creciera la izquierda, ya logró su cometido con el aumento en escaños de Izquierda Unida. La representación de la izquierda vasca es un fenómeno de otra naturaleza: expresa la adaptación de los abertzales a la realidad y la sintonía con la mayoría del pueblo vasco y su rechazo a la violencia de ETA como forma de avanzar hacia mayores niveles de autonomía. En todo caso, si hubo una indignación contra ETA y un sentimiento de indignación con el Partido Nacionalista Vasco, una suerte de democracia cristiana de centroderecha, la izquierda nacionalista logró canalizar ambos enojos.
Si el movimiento de los Indignados quería preservar el Estado de bienestar en pleno desmonte, no consiguió su objetivo. El PP previsiblemente tratará de cumplir esa tarea aun con más decisión que el PSOE.
Si quiso lograr una mayoría contra la supeditación de la economía a la ganancia financiera, que alcanzó un inédito 7 por ciento, tasa alta en Europa, tampoco obtuvo su objetivo. El PP es también afín a los sectores de las finanzas concentradas.
Lo que ocurrió en España es de manual. El gobierno que venía practicando la flexibilización laboral y el ajuste fiscal fue castigado aunque fuera de origen socialdemócrata y el beneficiado fue el partido que no gobierna desde 2004, cuando José María Aznar fue castigado al mentir que la masacre de Atocha había sido cometida por la ETA y no por el fundamentalismo islámico.
El cambio en el sistema político vasco parece decir que los movimientos sociales sólo tienen efecto electoral cuando antes se encarnaron en la política y buscaron no sólo el cuestionamiento sino una transformación desde los poderes del Estado. Ocurrió lo mismo en la Argentina de hace 10 años. Las asambleas fueron un instrumento clave para evitar que en una situación de crisis y descomposición social el país no cayera en la tentación de soluciones autoritarias. Los que imaginaban una revolución dirán que es poco. Los que temían un retroceso a valores no democráticos pensarán, en cambio, que fue mucho. En las cacerolas no estaba sólo el reclamo contra el corralito. También el pedido de renovar la Corte Suprema con la mayoría automática lograda por Carlos Menem en una sola noche.
¿Volverán los indignados españoles a su fuerza de hace seis meses o languidecerán como en las desvaídas jornadas de reflexión del sábado último, antes de las elecciones?
Y, sobre todo, ¿lograrán hacerse escuchar? Dicho de otro lado: ¿qué está dispuesto a oír la mayoría de los españoles y cómo desafiar no sólo al PP o al PSOE sino también cierto sentido común?
El triunfo del PP no significa sólo la derrota del PSOE por ser el partido de gobierno en medio de la peor crisis de la democracia española. También el ascenso de un partido menos comprometido con el laicismo, más sensible a las campañas de restricción de conquistas civiles como la campaña que pide la penalización del aborto y más cercano al sector financiero.
El ejemplo griego está a mano. Cayó la socialdemocracia y el nuevo gobierno de unidad nacional incluye no sólo a dirigentes del derechista Nueva Democracia y el socialista Pasok. Forman parte del flamante gabinete cuatro miembros de Laos, sigla del partido antisemita y de extrema derecha que busca instalar a los inmigrantes como chivo expiatorio.
El desafío de los indignados españoles, como el de cualquier forma de protesta contestataria, es el de reubicarse si quieren ser útiles y productivos. Quizás pueda decirse que los movimientos sociales perduran o consiguen sus objetivos –porque a veces lo segundo implica una instancia superadora que termina con lo primero– si son más didácticos que catárticos. Y si son más temáticos que simples portadores de una frustración general. Otro ejemplo argentino fue el Frente Nacional contra la Pobreza que recogió millones de firmas en 2001. Una de sus propuestas era la cobertura social universal. El tema pasó a formar parte de un nuevo denominador común, lo mismo que hoy sucede con la revisión penal de las violaciones a los derechos humanos. Los gobiernos de Néstor y de Cristina Kirchner interpretaron aquellas demandas y las convirtieron en políticas. Es un círculo virtuoso: sin decisión desde el Estado no hay políticas y sin instalación social es difícil la decisión desde el Estado.
Quizá sea el momento de diferenciar entre movimientos-mosquito, encargados de aguijonear a los ciudadanos, y movimientos destinados no sólo a señalar defectos sino a marcar rumbos y formas de alcanzar una meta.
No hay unos mejores que otros. Cada uno cumple su rol. Pero parece claro que, si el desafío es superar la fugacidad, no alcanza con descargar la bronca. La bronca puede ser hasta una herramienta más de construcción política, pero nunca reemplaza a la construcción misma.

Página12

lunes, 21 de noviembre de 2011

07 - La voz (Farji).avi

¡¡Qué talentosa artista es Elena Rogers!!!Bueníssimo el video!!!

sábado, 19 de noviembre de 2011

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Pruebas del plan sistemático

La periodista de Página/12 Victoria Ginzberg declaró en el juicio sobre el robo de bebés


Fue convocada por una nota escrita en 2002 referida a los documentos desclasificados por el Departamento de Estado de Estados Unidos. Uno de los papeles revela que el dictador Reynaldo Bignone reconocía en 1982 la apropiación de bebés y se negaba a devolver a los niños a sus familias.

“Toqué con el embajador el tema de los niños, como los chicos nacidos en prisión o los chicos sacados a sus familias durante la guerra sucia. Mientras los desaparecidos estaban muertos, estos niños estaban vivos y esto era, en un sentido, el más grave problema humanitario. El embajador coincidió completamente y ya había hablado esto con su ministro de Relaciones Exteriores y su presidente. Ellos no rechazaron su visión, pero señalaron el problema de, por ejemplo, quitar los chicos a sus padres adoptivos.” El párrafo fue escrito por Elliot Abrams, de la oficina de derechos humanos de la Subsecretaría de Estado norteamericana. Figura en uno de los documentos desclasificados por los Estados Unidos en 2002 que fue publicado en ese momento por Página/12. Se trata de una prueba de la existencia de un plan sistemático para apropiarse de los hijos de desaparecidos, ya que demuestra que el dictador Reynaldo Bignone estaba al tanto del “tema” de los niños apropiados y se negaba a devolverlos a sus familiares para no “quitar a los chicos de sus padres adoptivos”. La periodista de Página/12 Victoria Ginzberg declaró ayer en el juicio oral que lleva adelante el Tribunal Oral Federal 6 y, además de ratificar el contenido de las notas publicadas en 2002 por este diario, profundizó acerca de las menciones a los niños desaparecidos que hay en los papeles del Departamento de Estado de los Estados Unidos.
Uno de los documentos utilizados en la nota titulada “El embajador y el plan sistemático”, del 23 de agosto de 2002, por la que fue convocada la periodista, da cuenta de que el 3 de diciembre de 1982, a la una del mediodía, el por entonces embajador argentino en Estados Unidos, Lucio Alberto García del Solar, se reunió con Abrams en la confitería Jockey Club, en el hotel Ritz-Carlton de Washington. “Había dos temas principales, la certificación (una especie de certificado de buena conducta) y la cuestión de los desaparecidos”, apuntó el funcionario estadounidense al elaborar el memorándum en el que relató el encuentro.
Luego del análisis político, Abrams introdujo el tema de los niños desaparecidos. En este asunto, obtuvo la simpatía personal de García del Solar pero el rechazo oficial del Gobierno, encarnado en el canciller –que por ese entonces era Juan Ramón Aguirre Lanari– y en quien ocupaba la usurpada presidencia, Reynaldo Benito Bignone.
“Yo sugerí que ese problema debería ser manejado por la Iglesia o por una comisión que incluya a la Iglesia, doctores, etc. Las acciones respecto de estos chicos podrían tener un enorme contenido humanitario y político. Nuevamente el embajador dijo que estaba completamente de acuerdo y que tocaría este punto una vez más con Buenos Aires”, prosigue el documento. El papel contiene un par de párrafos que aún permanecen ocultos, ya que el gobierno norteamericano no autorizó su difusión completa. Como podría contener información sensible para el proceso que llevan adelante los jueces María del Carmen Roqueta, Julio Luis Panelo y Domingo Luis Altieri, los abogados de Abuelas de Plaza de Mayo, Luciano Hazan y Alan Iud, pidieron que se solicite la difusión completa de dicho documento.
En agosto de 2002, el Departamento de Estado de los Estados Unidos desclasificó 4677 cables sobre violaciones a los derechos humanos cometidas durante la última dictadura militar en la Argentina. La apertura de esos archivos había sido solicitada dos años antes por Abuelas de Plaza de Mayo, Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora y el Centro de Estudios Legales y Sociales durante una reunión con la entonces secretaria de Estado Madeleine Albright en Buenos Aires. Uno de los aportes de esos papeles fue mostrar que lo que los militares callaban y aún ocultan en público, lo admitían sin tapujos hace 30 años ante funcionarios de la embajada norteamericana.
- Otros cables del Departamento de Estado citados en la nota publicada el 23 de agosto de 2002 y mencionados por la periodista de Página/12 durante su testimonio describen que en el año 1978 los funcionarios norteamericanos eran escépticos sobre la posibilidad de que los militares argentinos llegaran al punto de secuestrar niños o apropiarse de bebés nacidos durante el cautiverio de sus madres. “Nosotros sabemos que el gobierno argentino cree que los adolescentes son capaces de actividad terrorista y que hubo arrestos de adolescentes. (...) Miembros del gobierno declararon a miembros de la embajada que las operaciones no podían estar limitadas por la edad porque un grupo de adolescentes impresionables es un área fértil para la penetración de terroristas y subversivos. Se reportaron un número de casos de adolescentes desaparecidos. Creemos que fueron estos elementos los que originaron las declaraciones sobre chicos desaparecidos”, se asegura en un documento del 29 de septiembre de 1978.
El tiempo les fue demostrando que estaban equivocados. Durante 1979 se fueron incrementando las denuncias que recibían vinculadas a los niños desaparecidos. En un cable de enero de 1979 se mencionan 22 hechos, entre casos de adolescentes y niños pequeños, como Amaral García, de tres años, Pablo Menna, de dos, y Simón Riquelo, de 20 días. Dos meses después, aparece entre los papeles de interés del Departamento de Estado un informe de Amnistía Internacional de marzo de 1979 en el que se habla no sólo de niños desaparecidos sino también de posibles apropiaciones de bebés nacidos durante el cautiverio de sus madres. “Hay reportes no confirmados acerca de que a chicos secuestrados les fueron dadas nuevas identidades y enviados a adopción. Otro grupo de mujeres, que se hicieron conocidas como Abuelas de Plaza de Mayo, están buscando nietos que nunca vieron. Las Abuelas sólo saben que sus hijas o nueras estaban embarazadas cuando desaparecieron”, señalaba el organismo de derechos humanos antes de mencionar los nombres de las mujeres que podían haber dado a luz cuando estaban secuestradas, como Liliana Fontana, Silvina Parodi, Beatriz Recchia, María Claudia García Irureta Goyena, Ana María Lancillotto, Mónica María Lemos, entre otros.
- Según se desprende de otro documento, diecisiete días antes de la reunión entre Abrams y García del Solar, las Abuelas de Plaza de Mayo se habían reunido con funcionarios del Departamento de Estado. María Isabel Mariani –por entonces presidenta de la institución– y Estela de Carlotto –vicepresidenta (aparece como Carloti en el papel)– explicaron el 15 de noviembre de 1982 “que representaban a 117 abuelas cuyos 110 nietos fueron secuestrados con sus padres desaparecidos o que nacieron durante la detención de sus padres”. “Dijeron que hay probablemente 400 niños desaparecidos, pero que otros abuelos tienen miedo de denunciar. Las Abuelas no pudieron obtener ninguna respuesta del gobierno argentino sobre sus nietos. Agregaron que están convencidas de que sus nietos están vivos y que la mayoría están ya ubicados con padres adoptivos.” Finalmente, está el memo de la reunión entre Abrams y García del Solar. Allí ambos dan por sentado que los niños fueron secuestrados, que fueron entregados a “familias adoptivas”, y el embajador informa que el dictador Bignone se resistía a la propuesta del funcionario norteamericano que consistía en dar al tema una “salida humanitaria” (es decir devolverlos a sus familias) con intervención de una junta médica o de la Iglesia. Como es sabido, los represores argentinos no entregaron a los niños buscados por las Abuelas de Plaza de Mayo. En estos 34 años el organismo de derechos humanos logró que 105 niños, hoy jóvenes, recuperaran su identidad. Aún quedan 400 casos sin resolver.
Los documentos del Departamento de Estado en los que se hace mención a las Abuelas y al encuentro entre Elliot Abrams y Lucio García del Solar.
Página12

martes, 15 de noviembre de 2011

Sobre las lenguas de la educación

Debate acerca de las políticas lingüísticas y la integración latinoamericana


Investigadoras y funcionarias analizaron cómo incide la enseñanza de lenguas extranjeras en los procesos de inclusión social e integración regional. Las Jornadas de la Lengua continúan hasta mañana en la Biblioteca Nacional.

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En el marco de las Jornadas de la Lengua, investigadoras universitarias y funcionarias analizaron la política educativa y su relación con la enseñanza de lenguas extranjeras, reflexionaron sobre planificación lingüística y su relación con la integración latinoamericana. Las jornadas, que comenzaron ayer y se extienden hasta mañana en la Biblioteca Nacional, reúnen a docentes, lingüistas, escritores y semiólogos. “La política lingüística está al servicio de un proyecto político de país”, destacó Lía Varela, coordinadora del área de Lenguas Extranjeras del Ministerio de Educación.
Doctora en Filosofía y Letras por la UBA, donde también es docente, María Eugenia Contursi disertó sobre políticas lingüísticas en los primeros diez años del Mercosur, creado en 1991. “La incorporación del campo educativo al proyecto de regionalización –dijo– abrió la posibilidad de que, a través de los ministerios nacionales, se impulsara un doble movimiento: hacia adentro de los Estados, incluyendo las lenguas de los otros y, hacia afuera, la expansión de la propia lengua.”
Sin embargo, Contursi advirtió que en la década del ’90 la inclusión del portugués en la currícula oficial argentina “es resistida, porque se rechaza una integración latinoamericana estratégica, frente a la entrada al Primer Mundo, que es propiciada por el regionalismo abierto neoliberal”. Esto incrementó la enseñanza del inglés frente a todas las demás lenguas extranjeras y, para contrarrestarlo, Contursi sostuvo que “es preciso profundizar una política lingüística que sea cultural y que se involucre decididamente con la integración latinoamericana”.
A su turno, Lía Varela, doctora en Ciencias del Lenguaje, aseguró que la situación descripta por Contursi ya no es la misma: “Yo hubiera cambiado tus verbos al pasado”, le dijo. Varela sostuvo que hoy “la política lingüística está al servicio de un proyecto político de país. No es autónoma, no tiene un fin en sí misma, debe pensarse al interior de un proyecto educativo. La Ley de Educación Nacional –agregó– tiene como meta ofrecer una educación de calidad para todos los chicos, independientemente de las condiciones en las que se encuentren. En línea con esta política, nuestra misión es universalizar la enseñanza de lenguas extranjeras”.
Desde 2010, integrantes de los ministerios provinciales y representantes sectoriales se reúnen para definir nuevos lineamientos sobre la enseñanza de lenguas en el país. “Ya tenemos consensos –aseguró Varela–, el reconocimiento de que la enseñanza monolingüe es negativa, porque tiende a la exclusión y a la baja de calidad; el reconocimiento de otras lenguas, que va en el sentido del respeto a la identidad expresada en la ley; la adopción de un enfoque plurilingüe e intercultural.”
En cuanto a la situación actual de las políticas educativas de integración regional, Varela afirmó que se incrementaron las matrículas de los profesorados, así como la creación de carreras de portugués en varias universidades. “Desde las estructuras del Mercosur Educativo se promueven y realizan seminarios para la actualización de los formadores de profesores de español, guaraní y portugués. También están en marcha programas de cooperación y movilidad universitaria. Queremos convocar a investigadores, especialistas y docentes para que aporten a esta reflexión con ideas y propuestas superadoras.”
La docente de la UBA y la UNGS Natalia Bengochea expuso un trabajo sobre la comunidad boliviana en las escuelas de la ciudad de Buenos aires, donde entrevistó a alumnos del nivel primario y a docentes y directivos. “Si se les pregunta a los chicos qué idioma hablan en su casa, muchos responden: ‘En mi casa se habla normal’, y así hacen referencia al español”, dijo. Según las declaraciones de los alumnos, la mayoría no entiende ni habla las lenguas originarias de su país. No obstante, la mayoría de ellos reconoce que algún miembro de su familia habla quechua o aymara. Además, varios agregaron que los padres hablan estas lenguas solamente entre ellos, a escondidas. “Según estas declaraciones –sostuvo la investigadora–, los padres no transmitirían esas lenguas a sus hijos.” En base a testimonios de docentes y directivos, Bengochea encontró, por último, que dentro del ámbito escolar la interculturalidad se concreta a través de “expresiones culturales, de manifestaciones artísticas relativas a lo folklórico”. Pero “en cuanto a la lingüística, se sigue la tradición, contribuyendo al monolingüismo”.
Informe: Agustín Saavedra.

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El golpe estaba en marcha


Por Rubén Dri *

 
El militante popular Luis D’Elía acaba de ser condenado a cuatro días de prisión en suspenso por haberle propinado una trompada al ruralista Alejandro Gahan en el 2008. La diputada por el Peronismo Federal Graciela Camaño recibió muestras de aprobación por parte de los medios hegemónicos por propinarle un sopapo a Carlos Kunkel, diputado por el Frente para la Victoria, en el 2010.
La defensa de la diputada consistió en afirmar que no soportaba más las provocaciones del diputado. Parece que en ese caso las provocaciones han justificado la agresión, lo cual no se aplica para el caso del militante popular. Pero no es esta disparidad de criterios en los juicios lo que me interesa subrayar en estas reflexiones, sino el contexto en el que se produce el incidente entre D’Elía y Gahan.
Dicho contexto no era otro que el de un golpe de Estado, pues no otra cosa es lo que a partir de las intervenciones de Carta Abierta pasó a denominarse “clima destituyente”. ¿Qué quiere decir “destituyente”, si no que se intenta destituir a la Presidenta? ¿No es eso lo que se realizó en Honduras? Los intelectuales del imperio poseen otras denominaciones, como “golpe blando” o “poder inteligente”.
El clima que se vivía en el 2008 era “destituyente”. La misma Cristina Fernández no pudo menos que decirlo en la biografía que escribió Sandra Russo: “Me quisieron destituir”. Por otra parte, no necesitábamos ese testimonio. “El golpe está en marcha –escribíamos ese año–. Uno puede cerrar los ojos y negarlo, pero hoy no es posible dudar. ‘Si nos quedamos acá tenemos que estar dispuestos a lo peor’; ‘estamos en guerra’; ‘esto es una revolución’. Son frases que jalonan los cortes de ruta motorizados por una derecha que sabe lo que quiere y una izquierda estúpida que cree que está haciendo la revolución.”
Las corporaciones agrarias, eufemísticamente denominadas “campo”, habían logrado movilizar a amplios sectores de la sociedad detrás de su proyecto destituyente, o sea, “golpista”, para lo cual la ocupación del espacio público era fundamental. Los sectores populares, que ahora se encuentran alertas y movilizados, en ese entonces se encontraban aletargados y fragmentados. Es en ese clima que interviene D’Elía, uno de los pocos que tenían plena conciencia de lo que estaba sucediendo.
La Justicia se ha movilizado para condenar la agresión del militante, que tuvo lugar en el intento de frenar el movimiento desestabilizador y ha hecho caso omiso de las múltiples y mucho más violentas agresiones que se sucedían por parte de quienes sometían al país a un lock-out de pesadilla. El patoterismo, la amenaza y la agresión eran moneda corriente.
La pena que se le ha dado a D’Elía es, en definitiva, simbólica y es eso, precisamente, lo que la hace peligrosa, porque se la desliga de la lucha por la defensa de la democracia amenazada. Si se quiere condenar la agresión física, cosa que está bien, siempre que también se la haga para las numerosas agresiones de los patrones sojeros, no se lo puede hacer desligándola del contexto de defensa de la democracia.
Lo más peligroso es que se pase por alto que hubo un intento serio de golpe de Estado. A quienes pretenden minimizar el problema, les recomendamos volver a escuchar el “ameno” y “divertido” diálogo entre Grondona y Biolcati, celebrando irónicamente el desplazamiento de Cristina por el “traidorzuelo” Cobos.
* Profesor consulto de la Facultad de Ciencias Sociales (UBA).

Página12

viernes, 11 de noviembre de 2011

Macri y las dos caras de un mismo Estado

Ausencia y autoritarismo





El derrumbe del edificio de la calle Bartolomé Mitre puso de relieve la ausencia de controles en las construcciones y la desaprensión del gobierno en lo que hace a la protección de nuestra integridad.
  El modelo de Estado que propone el gobierno de Mauricio Macri se puso nuevamente en evidencia en estos días, con una doble cara que desnuda su esencia neoliberal y autoritaria. El derrumbe del edificio de la calle Bartolomé Mitre, por un lado, y el conflicto por el sistema de designación y promoción docente, por otro, ponen de relieve las principales características del Estado que encarna el actual gobierno de la Ciudad.
Por un lado, la Ciudad de Buenos Aires se encuentra en un cuadro de abandono que se evidencia, no sólo en la falta de políticas públicas que solucionen los problemas de sus habitantes, sino también en la desaprensión y descuido por la vida y seguridad de las personas derivados de la ausencia de controles mínimos.
Nos  preocupa desde los inicios de la actual gestión de gobierno que no se pongan en marcha un conjunto de medidas que hagan del Estado de la Ciudad una institución ágil y eficiente, capaz de intervenir para controlar aquellos aspectos que los intereses del mercado por sí mismo no resuelven en función del bien y la seguridad de todos. No se trata de un debate teórico acerca del papel del Estado. La diferencia respecto del modelo de Estado que se viene implementando desde 2003 a nivel nacional, también se manifiesta respecto de la utilización o no de las herramientas concretas que tiene el Estado para cuidar y proteger a su pueblo, principalmente a quienes más lo necesitan. Un Estado que se repliega, que está ausente en los controles y regulaciones que exige la convivencia ciudadana, termina siendo un Estado que nos pone en riesgo, que nos coloca en peligro.
El derrumbe del edificio de la calle Bartolomé Mitre, que es sólo uno de los 13 derrumbes de los últimos meses, puso de relieve la ausencia de controles en las construcciones y la desaprensión del gobierno en lo que hace a la protección de nuestra integridad. Escuchamos incrédulos que Mauricio Macri, en un principio, declaró: “Por fortuna, hubo una sola persona desaparecida.” Lamentablemente, luego de comenzar la búsqueda tres días después del derrumbe, casi una semana después de la tragedia, el cuerpo de Isidoro Madueña fue encontrado sin vida. ¿Es esa la importancia que el jefe de gobierno le da a la vida de su gente? ¿Qué podemos esperar entonces de cuestiones que tienen que ver con mejorar una ciudad que nos pueda albergar con igualdad y justicia? Macri se sigue comportando, como en anteriores situaciones, como el presidente de una ONG y no como el jefe de gobierno, desligándose de su responsabilidad ejecutiva. Cuando, como en este caso, no puede echarle la culpa al gobierno nacional, busca responsabilizar a los profesionales y la constructora, por un lado, y descargar incumbencias en la Legislatura por otro. Se trata de un Estado muy distinto a ese que nos imaginamos cercano, atento, preocupado, con capacidad para escuchar las demandas y las contribuciones de sus habitantes; y que también sea capaz de anticiparse a los problemas.
Pero hay algo que nos parece aún más grave, y es que el Estado despreocupado y ausente que encarna Mauricio Macri tiene una contracara peligrosa. Esa contracara es el Estado policíaco que se inmiscuye en la intimidad de las personas e interviene en cuestiones que la democracia nos enseñó a arbitrar con mecanismos transparentes y cuidadosos de los intereses del conjunto. Un Estado que hace listas negras con sus alumnos y docentes, que hace inteligencia con las escuchas ilegales o con las llamadas telefónicas que inducen a engaños para ganar una elección.
Un Estado que en estos días se propone cambiar la legislación que regula democráticamente la designación de los docentes, para poder nombrarlos discrecionalmente desde el poder.  Que dispone seleccionar a dedo a aquellos que debieran ser elegidos transparentemente por sus antecedentes y capacidad pedagógica. Dijimos que la lucha de los docentes merece nuestro apoyo porque están defendiendo un sistema de designación que prioriza los antecedentes académicos, la trayectoria, la experiencia pedagógica y no las afinidades políticas con los gobiernos. Las Juntas de Clasificación que Macri pretende eliminar son organismos que están contemplados en el Estatuto y que garantizan la transparencia en las designaciones y los concursos de la carrera docente. La actitud del gobierno porteño de derogar el sistema parece querer retrotraerse a épocas dictatoriales, cuando primaba la designación a dedo y la subordinación de los docentes al poder político. Cabe destacar que cualquier alternativa seria que implique actualización tecnológica y desburocratización del proceso de calificación y designación docente contará con el apoyo de todos y exige un proceso de diálogo y consenso, principalmente con los principales involucrados, los maestros y profesores.
Estado ausente y Estado autoritario son el anverso y el reverso de un gobierno que no controla al mercado ni a las corporaciones, pero sí pretende hacerlo con sus habitantes. Un Estado despreocupado por la suerte que puedan correr sus ciudadanos, sobre todo los más desprotegidos, pero muy preocupado en intervenir para controlar, escuchar ilegalmente, espiar e imponer arbitrariamente a los docentes. En definitiva, un Estado que no puede evitar que se desmoronen los edificios, pero al mismo tiempo pretende tirar abajo los mecanismos que aseguran la democracia que tanto nos costó recuperar.

TIEMPO ARGENTINO

martes, 1 de noviembre de 2011

Una campaña con antecedentes


Filmus pedirá en la Justicia la indagatoria de Durán Barba

La jueza Servini de Cubría habría encontrado nuevas evidencias contra el consultor estrella de Mauricio Macri. Por ejemplo, una campaña sucia parecida en el estado mexicano de Veracruz. Filmus pedirá que se lo cite.

Por Raúl Kollmann e Irina Hauser
 
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El senador Daniel Filmus pedirá la indagatoria por un delito electoral: inducción con engaños.
El senador Daniel Filmus presentará un pedido de declaración indagatoria contra el consultor preferido de Mauricio Macri, Jaime Durán Barba, y contra dos empresarios vinculados con el asesor ecuatoriano. Es que los peritajes ordenados por la jueza María Servini de Cubría, junto con los hallazgos realizados en varios allanamientos, demostraron que las empresas relacionadas con Durán Barba realizaron una campaña sucia con una encuesta falsa en la que les preguntaban a los ciudadanos si sabían que el padre de Filmus era el principal contratista de Sergio Schoklender. Don Abraham Filmus no es arquitecto, como se mencionaba en la encuesta trucha, y nunca tuvo relación de ningún tipo con Schoklender. En uno de los allanamientos se encontró el original de la grabación de la encuesta falsa y los peritajes mostraron que las llamadas a los ciudadanos se hicieron desde los teléfonos de las empresas vinculadas con Durán Barba.
La jueza Servini de Cubría y el fiscal Jorge Di Lello reunieron una cantidad abrumadora de pruebas contra Durán Barba y sus virtuales socios Rodrigo Lugones y José Guillermo Garat. Hay evidencias más que suficientes para demostrar que desde tres empresas de telemarketing –Tag Continental, Conectic y NSS– se cursaron las llamadas con la encuesta que, en realidad, era una maniobra difamatoria contra Filmus. El senador, con el patrocinio de León Arslanian, es el querellante en la causa y pedirá la indagatoria por un delito electoral: inducción con engaños. El artículo 140 del Código Electoral impone penas de hasta dos años a quien, “con engaños, indujere a otro a sufragar en determinada forma o a abstenerse de hacerlo”.
De todas maneras, la investigación no se detiene sólo en la campaña sucia en sí misma. Todavía se trata de determinar si esa encuesta, realizada a centenares de miles de porteños durante la campaña electoral de Macri, fue pagada con fondos públicos. En los allanamientos que en ese momento concretó el juez Ariel Lijo, que subrogaba a Servini, se encontraron sobres de contratos con el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Por ejemplo, Connectic resultó adjudicataria de trabajos por 1.350.000 pesos sin que existieran otros oferentes en la licitación. Servini de Cubría trata de determinar si esos trabajos se hicieron o si los contratos fueron una especie de cobertura para pagar la campaña sucia. En este último caso, el delito dejará de ser sólo electoral para convertirse en penal-criminal. El vínculo entre Durán Barba y Lugones y Garat queda claro no sólo porque Lugones fue director ejecutivo de Durán Barba y Asociados, sino también porque en los allanamientos se encontró un contrato de confidencialidad y no competencia firmado por los tres. También aparece Tag Continental haciendo encuestas en materia de seguridad –casi de tipo policial–, con nombre y apellido de quienes respondían a las preguntas y con informes posteriores entregados a la Policía Metropolitana. Esas encuestas se hicieron a pedido del Ministerio de Educación.
El modus operandi de las empresas también quedó evidenciado en los discos rígidos de las computadoras. El análisis realizado por los peritos convocados por Servini de Cubría muestra que se hicieron trabajos sucios contra un candidato mexicano, Miguel Angel Yunes Linares, con encuestas aún peores que las hechas en Buenos Aires. A los ciudadanos del estado de Veracruz se les hacía un sondeo telefónico en el que se les preguntaba si pesaba en su voto las evidencias del vínculo de Yunes Linares con la prostitución infantil o con el narcotráfico. También en las computadoras se encontraron los esbozos de una campaña contra Daniel Scioli.
Actualmente el expediente está en la Cámara Federal porque en la causa se presentó un hombre vinculado con los acusados y pidió varias nulidades. Sin embargo, el próximo paso será el pedido de Filmus de llamado a indagatoria, es decir como sospechosos, de Durán Barba, Lugones y Garat.

Página12

domingo, 30 de octubre de 2011

Néstor y Cristina: el triunfo, el recuerdo y lo excepcional

Por Ricardo Forster



La anticipación, de la que escribía –sin ser portador de ningún don profético– en esta misma columna la semana pasada, se ha consumado. El triunfo de Cristina ha sido extraordinario, de una contundencia novedosa para lo que va de este ciclo democrático abierto en 1983. Hay que retroceder muy lejos en la historia nacional para recordar un tercer mandato consecutivo de la misma fuerza política (eso fue en 1928 cuando Hipólito Yrigoyen logró ser electo por segunda vez y sucediendo, en esa ocasión, a Marcelo T. de Alvear que si bien provenía del mismo partido se había convertido en su antagonista). El Frente para la Victoria ha logrado transformar el mapa político argentino de un modo hasta ahora desconocido allí donde la diferencia entre la primera fuerza y la segunda ha sido de más de 37 puntos, arrojando al resto de los candidatos a una intemperie que amenaza con descargar sobre ellos una severa tormenta. La novedad del acontecimiento exige eludir las simplificaciones y buscar, en el vértigo de lo desplegado en estos caudalosos ocho años, los motivos de este respaldo inédito que le ha brindado la mayoría del pueblo a Cristina.

En todo caso, estamos ante una nueva etapa de un ciclo histórico con características excepcionales que, de una manera insospechada, le ha cambiado la fisonomía a la vida argentina. Si quisiéramos mirar en espejo la historia tratando de buscar algún equivalente tendríamos que, tal vez y salvando distancias y diferencias, regresar sobre el primer peronismo que constituyó, de eso no hay ninguna duda ni polémica entre los historiadores, una profunda y decisiva inflexión que modificó de cuajo identidades, cultura, mundo social y geografía política y económica dándole forma, en sus zigzagueos, ambivalencias, realizaciones, sueños, esperanzas, tragedias y frustraciones a la Argentina de los últimos 60 años. Lo cierto es que partiendo de un magro 22 por ciento de los votos y en circunstancias harto difíciles en las que cualquier decisión constituía un riesgo y una incertidumbre, el proyecto inaugurado por Néstor Kirchner en mayo de 2003 llega a una legitimación social, con las elecciones del 23 de octubre, que marca un verdadero hito histórico.

El nivel de las iniciativas y la intensidad de los cambios producidos señalan la excepcionalidad de este momento y su altísima capacidad para romper la inercia de crisis y decadencia que se había instalado como un mal crónico entre nosotros. Pero esas transformaciones asumieron un rol completamente distinto del de los años ’90, década también atravesada por un proyecto (asociado oscuramente y deudor de lo iniciado y no concluido por Martínez de Hoz y la dictadura) que conmovió desgarradoramente la vida de los argentinos dejando marcas profundas en una sociedad que recién ahora comienza a salir de las determinaciones de ese tiempo dominado por la quimera de la globalización, el individualismo consumista, el sueño de ingresar al primer mundo y las relaciones carnales. Nunca estará de más recordar la persistencia, entre nosotros, de esas marcas que le dieron forma a un sentido común hegemonizado por los valores emergentes de una trama económico-social construida para terminar de destruir lo que quedaba de la Argentina heredada, con idas y vueltas, desde la irrupción del peronismo. En un sentido no menor, y bajo la imperiosa necesidad de reparar lo dañado, el kirchnerismo tuvo que remontar una cuesta muy empinada que, entre otras cosas, exigía reconstruir relato, valores y memoria.

Invirtiendo radicalmente la matriz neoliberal que dominó la etapa del menemismo, lo abierto el 25 de mayo de 2003 vino a sorprender a una sociedad que, esto hay que decirlo, no imaginaba que ese hombre alto, flaco y desgarbado se pondría a la altura de su discurso inaugural. Una sociedad fragmentada, moral y socialmente dañada, con un nivel de desconfianza proporcional a las vastas desilusiones de una democracia que languidecía mientras crecían exponencialmente la miseria, la exclusión social, la desigualdad y lo sombrío dominaba a las almas cabizbajas de un país en llamas, no parecía muy dispuesta a creerle a un desconocido gobernador santacruceño que venía en nombre de “una generación diezmada” y afirmaba, como se había hecho recurrentemente en el pasado pero invirtiendo después esa promesa, que “no pensaba dejar sus convicciones en la puerta de entrada a la Casa Rosada”. Entre la sorpresa, el azar que hizo lo suyo, la incredulidad y el coraje para quebrarle el espinazo a la profecía autocumplida de la catástrofe, ese desaliñado caminante del viento patagónico, acostumbrado a inclinar el cuerpo hacia adelante para seguir avanzando, inició un giro espectacular de la historia nacional que encontró su punto de máximo reconocimiento en el cierre, provisorio, de esa tremenda etapa de reconstrucción y de reparación de la vida argentina. Cristina, con su triunfo aluvional, vino a sellar lo que previamente había inaugurado su compañero de toda la vida. Ahora, consumada la hazaña de remontar la derrota de junio de 2009, se abre, bajo la lógica de la continuidad de un proyecto poderoso, una nueva etapa en este complejo y apasionante camino.

El kirchnerismo, porque de él se trata, ha logrado, remando contracorriente, torcer el rumbo de un país que no podía salir de su eterna frustración y que no acababa de reponerse de la peor crisis social de su historia. Y lo hizo, en primer lugar, gracias a la voluntad inquebrantable y a la potencia política de Néstor Kirchner que llegó inesperadamente y en condiciones de extrema fragilidad a un lugar que quemaba a todo aquel que se le acercaba. Tomó un país incendiado, sin brújula y corroído económica, política e institucionalmente y lo hizo sabiendo de las dificultades y de los escollos con los que no dejaría de toparse, en especial los que vendrían, como casi siempre en nuestra historia, del poder económico. Supo, Kirchner, entrelazar, como no se hacía desde tiempos lejanos, convicciones con acción de gobierno; comprendió que era indispensable reconstruir tanto vida económica y social en conjunto con una reconstrucción de la memoria y la justicia. Pero también supo mirar más lejos y afianzó los lazos estratégicos con el Brasil de Lula que fue el punto de partida para la definitiva inserción de la Argentina en América latina y, a la par, avanzó con audacia en un proceso de desendeudamiento que terminó por ser decisivo a la hora de proteger al país de la inclemente crisis económica mundial (también, junto con Lula, canceló la deuda con el FMI rompiendo una dependencia histórica que los gobiernos democráticos tenían con esa entidad financiera). La impronta de Kirchner ha sido fundamental y es el punto de partida sin el cual no hubiera sido posible alcanzar una victoria tan contundente.

No fue, entonces, casual que en su discurso del domingo a la noche, discurso tocado por recuerdos y fantasmas, potente y medular, y testimonio de tanto camino recorrido, Cristina, como respondiendo al coro mediático opositor que buscaba separar su aplastante triunfo de la impronta abierta el 25 de mayo de 2003, le dedicase su parte más emotiva y políticamente intensa a resaltar a Néstor Kirchner, a su voluntad y a su tozudez para ir contra lo que el poder y el sistema buscaron imponerle desde un comienzo. Cristina rescató al militante, al estratega y al arquitecto de un proyecto que, muy poco tiempo atrás, resultaba apenas un sueño trasnochado, una quimera inalcanzable. Pero también selló la profunda y decisiva imbricación entre su gobierno y lo que, en otro lugar, he denominado el “nombre de Kirchner”, es decir la emergencia excepcional de una figura que vino a enloquecer la historia argentina abriendo lo que parecía imposible de abrir. Voluntad, coraje, audacia, invención, determinación y una pizca de locura están en la alquimia de este tiempo nacional en el que tantas cosas sorprendentes no han dejado de impactarnos e interpelarnos.

El país fue testigo de un emocionado homenaje que se convirtió, al mismo tiempo, en un extraordinario reconocimiento de quien fuera, según las palabras de Cristina, “uno de los cuadros políticos más potentes de la historia argentina”. Por fuera de las especulaciones morbosas o de las lucubraciones mezquinas y descalificadoras de algunos intelectuales que suelen despacharse a gusto en las páginas de La Nación, lo que simplemente hizo Cristina, en la noche del triunfo y el recuerdo emocionado y aclarando que no hablaba en su condición de viuda sino de militante, fue reconstruir el largo camino recorrido junto a Kirchner, un camino que logró lo que parecía una quimera: darle forma a una fuerza política capaz de reencontrarse con el apoyo y el fervor de una parte sustancial del pueblo argentino no a través de las trampas pospolíticas y espectacularizantes de los estetas noventistas sino a partir de decisiones y acciones de gobierno que modificaron de cuajo la persistencia del modelo neoliberal. Lo que reivindicó fue lo olvidado por quienes siguen creyéndose los sutiles intérpretes de la actualidad: la dimensión esencialmente política de Néstor Kirchner, su voluntad para ponerse al hombro un país estallado y su coraje para sacarlo de su indigencia económica, política y moral. Nada más insustancial y vacío de ideas que interpretar el triunfo del 23 de octubre como si fuera el resultado de las dotes, como lo señaló sin pudor Beatriz Sarlo en el diario fundado por Mitre, de consumada actriz de Cristina, capaz, con un puñado de “publicistas e ideólogos”, de diseñar el camino que, apropiándose de su condición de viuda, le permitió llegar a donde llegó. Sarlo no ha logrado salir de la matriz despolitizadora que contaminó, como una epidemia, al progresismo en los años ’90 y que sigue presente en algunos de sus actuales representantes tan fervorosos y nostálgicos de la “República perdida” y de las estéticas posmodernas.

También, en esta hora de consolidación exponencial, hay que recordar las dificultades, la inclemencia de la corporación mediática que se lanzó, sin contemplaciones, a horadar al gobierno de Cristina. A veces la actualidad suele velar lo previo y nos hace olvidar lo que sucedió entre marzo de 2008 –cuando estalló el conflicto con las patronales agrarias que encontraron en los medios de comunicación concentrados sus mejores aliados– y junio de 2009, cuando las elecciones de medio mandato expusieron la debilidad, en ese momento, del apoyo popular al Gobierno. Y, sin embargo, en cada uno de esos momentos extremadamente difíciles y complejos la respuesta del kirchnerismo, de Cristina y Néstor, fue no sólo no retroceder sino, con una contundencia innovadora en la vida política democrática, doblar la apuesta como respuesta a las presiones y a los chantajes de las corporaciones. Así se hizo después del voto no positivo del invisible Cobos que motivó, para sorpresa del poder, que Cristina no se replegara sino que, en una decisión desafiante y estratégicamente inobjetable, produjera un cambio estructural de la economía al reestatizar el sistema jubilatorio. La respuesta a la derrota de junio de 2009 fue la aprobación de la ley de servicios audiovisuales después de amplificar en todo el país un debate excepcional, la decisión de implementar la asignación universal que cambió el mapa de la pobreza y de la indigencia habilitando una transformación fundamental en la relación entre el Gobierno y esos sectores dañados hasta la médula por un sistema reproductor de injusticias, desigualdades y exclusiones que la implementación de la asignación vino en parte a reparar. Ese año terminó con el cambio de mando en el Banco Central que llevó a Mercedes Marcó del Pont a su presidencia eyectando al Golden Boy y redefiniendo lo que hasta ese momento había sido una supuesta matriz intocable respecto del uso de las reservas.

Y qué decir del inolvidable 2010 que contuvo, en su interior, tanto como para ocupar la totalidad de un tiempo apasionante: desde los impresionantes y multitudinarios festejos del Bicentenario hasta ese acontecimiento parteaguas que fue la muerte sorpresiva de Néstor Kirchner, pasando previamente por la ley de matrimonio civil igualitario. Un año de intensidades extremas, de alegría y tristeza, que mostró hasta dónde había desplegado el kirchnerismo una profunda ofensiva contracultural que, a caballo de un proyecto capaz de ir generando cambios estructurales en la vida de los argentinos, le había logrado torcer el brazo a la hegemonía cultural ejercida por la corporación mediática. Cristina, en un sentido incluso más radical que Néstor, jugó a fondo la carta de la disputa por el relato. Ella estuvo en cada detalle y se hizo cargo de darle contenido político a esa disputa.

El resultado electoral no es, entonces, y como intentó presentar el arco opositor junto con el “periodismo independiente”, la consecuencia unilateral de los altos índices de consumo y de la marcha exitosa de la economía. Es en parte eso y muchísimo más: la consolidación de una figura extraordinaria de la política como lo es Cristina, la presencia poderosa de Néstor Kirchner en lo más entrañable y profundo del sentimiento popular, la capacidad para salir a disputar sentido y relato de la mano de una decisiva reescritura de la historia nacional que se conjugó con la emergencia de actores cultural-políticos que le aportaron mucho al proceso de construcción del kirchnerismo, el desenmascaramiento de las estrategias engañosas de la corporación mediática, la puesta en evidencia de una oposición política famélica de ideas y cooptada hasta los huesos por la agenda armada por esos mismos medios, la audacia para enfrentar la crisis económica mundial, la política científica y de recuperación de la industria, la inversión inédita en educación, y tantas otras cosas que la autoceguera le impidió ver a una oposición que leyó un diario especialmente escrito para ella.

Ahora se abre una nueva y compleja etapa cuyo eje, así lo ha dicho con elocuencia Cristina, será avanzar en la construcción de una sociedad más igualitaria. Ese es el desafío de los cuatro años que se abren, desafío que tendrá la impronta de quien sellara a fuego un nuevo tiempo argentino un día de mayo que, cuando la distancia lo permita, será recordado como un parteaguas de la historia. Entre el 23 y el 27 de octubre, y por esos caprichos del almanaque, en lo que va de una a otra fecha, la del triunfo y la del recuerdo, la del compromiso y la de la tristeza, se conjuga la pasión política que le abrazó el alma a Néstor Kirchner y la voluntad de seguir ese mandato guardado en la memoria popular y nacido en otro tiempo argentino por quien hoy, sola y acompañada por millones, seguirá su propio camino para consolidar lo que soñaron, siendo muy jóvenes, con su compañero de amor, vida e ideales. 
 
23DIARIO